No cuento esta historia para alardear de nada, sino para demostrar que es verdad que "si quieres, puedes"-"Where there is a will there is a way". Sí, aunque seas un negado, si te lo propones de verdad y eres constante puedes conseguir tus objetivos. No serás el mejor en la tarea que te propongas realizar, pero saldrás al paso dignamente.
Y eso es lo que importa: derribar el obstáculo para alcanzar tus metas sin problemas.
Mi historia de superación no va sobre aprender inglés, sino sobre aprender a conducir.
Me saqué el carnet de conducir a los veinte y tantos. El examen teórico lo saqué a la primera, pero el práctico,¡a la quinta! y después de dar cientos de clases prácticas por Madrid. Creo que aprobé finalmente porque me tocó un examinador benevolente. Yo, que he superado cientos de exámenes sin problemas en colegios de distintos países, durante la carrera de derecho, en el master que hice posteriormente; etc. no podía con un simple examen práctico de conducir.
Recuerdo perfectamente que para el primer examen práctico de conducir que hice estaba tan nerviosa que no se me ocurrió mejor solución que inflarme a pastillas de valeriana. Por supuesto, me suspendieron. Cuando volví a casa después del examen me quedé dormida en el metro. Una señora me despertó para advertirme que tenía que bajarme porque habíamos llegado al final del trayecto. Este hecho reflejaba perfectamente la angustia y desesperación que sentía.
¿Por qué me costaba tanto conducir? Porque tenía miedo. Madrid es una ciudad hostil para los conductores novatos. Todo el mundo va de los nervios y estresado; no te pasan una: te pitan por todo, te cortan el paso o te insultan directamente. ¿Te suena a la vida real con el inglés? Al menos si intentas hablar inglés con un grupo de nativos y no lo haces bien, te pueden ignorar pero no insultar.
Cuando finalmente aprobé el examen de conducir, guardé el carnet y me dije: "Ahí está, pero yo, ni de broma voy a conducir". ¿Te suena esto? Algo así: "He aprobado el examen de inglés, pero yo ni de broma voy a hablar inglés".
En esa época yo trabajaba como abogado en una empresa de medioambiente en el centro de Madrid. Iba en metro al trabajo y el carnet no lo necesitaba para nada. Pero un día la empresa decidió comprar unas instalaciones a las afueras de Madrid en un polígono, donde no había transporte público. Me di cuenta entonces que aunque tenía la opción de utilizar el servicio de autobús que puso la empresa, si no conducía mi vida se iba complicar mucho: no podía pedirle a mi marido que me llevara, además pensaba tener un niño, ¿y si tenía que salir corriendo porque me llamaban de la guardería?
Los meses que vinieron luego fueron durísimos para mí ya que padecía una auténtica fobia. Temblaba cada vez que veía las llaves del coche sobre la mesa; me dolía el estomago, tenía pesadillas por la noche y lloraba mucho, muchísimo. La carretera por la que tenía que ir es la A4 hacia Andalucía. Es una carretera que se llena de camiones y que tiene un tráfico muy denso. ¿Qué hice? Me apunté otra vez a otra autoescuela para practicar (sí, lo de conducir me costó un riñón) y luego pedí ayuda. El primero que me ayudó fue mi marido que se comportó como un bendito. Aún lo recuerdo. Tenía que aguantar mis ataques de fobia cuando salía a practicar los fines de semana. Él me decía todo el tiempo que sí, que sí podía. Y yo que no, que no puedo. Él, que es alto y fuerte, yendo de copiloto se encargaba de protegerme contra los conductores que se metían conmigo por inexperta. Luego, mi amiga y compañera de trabajo, Rocío, que se iba por la mañana a mi casa y me acompañaba en los primeros viajes a la empresa. Me decía: "me gusta como conduces, conduces muy bien." Ahora cuando me acuerdo me río, porque seguro que era mentira. Pero esa metirijilla me venía muy bien, porque me daba muchos ánimos.
Me di cuenta que tenía que trabajar especialmente sobre mis puntos débiles. Y uno de ellos era el control del embrague en cuesta. No podía con él, el coche se me calaba en todas las rampas. ¿Qué hice? Me iba a las 6 de la mañana (si has leído bien, a las 6am un sábado o domingo, para no encontrarme con nadie) a un hipermercado que tenía varias rampas para acceder al parking. Me ponía en la mitad de una rampa frenaba y luego intentaba arrancar. Recuerdo perfectamente la cara del vigilante jurado mirándome y quizá pensado: "Qué narices estará haciendo esta mujer". Nada, nada de nada. Yo tenía que conseguir mi objetivo. Y ¿lo conseguí? Claro que sí. Años después cuando he tenido que conducir conjuntamente con mi marido, cada uno en un coche por la misma ruta, él se sonríe y me dice con cara de incredulidad: "ibas muy rápido" Efectivamente, me he vuelto ya muy diestra con la práctica.
De esta historia han pasado unos 15 años. ¿Qué conclusiones he sacado? Mi miedo a conducir se originaba por la falta de destreza que tenía a la hora de coordinar los distintas partes del coche: el embrague, freno, caja de cambios, mirar las señales y calcular las distancias. El pánico no sólo la sufría en la carretera, sino también a la hora de aparcar, sobre todo, en sitios muy estrechos. Aún hoy me doy cuenta que mi cerebro tiene muchos problemas a la hora de calcular distancias. ¿Te recuerda esto a tus propia falta de habilidades con el inglés? ¿Te cuesta entender, pronunciar, memorizar palabras y expresiones?
¿Cómo he superado esta falta de habilidad? Practicando. Dado que no me sale solo, aprendo por experiencia. Recuerdo, por ejemplo, que en una ocasión anterior al aparcar hice tal y tal giro que salió bien. Claro que antes de llegar a ese punto, me he equivocado en infinidad de ocasiones. Lo que nunca me faltó fue la fuerza de voluntad.
Hace poco cuando le costaba a uno de mis alumnos esta historia, me dijo: "Pero en tú caso, tú tenías una motivación muy fuerte porque necesitabas el coche para tu vida diaria. Yo no necesito el inglés tanto como tú necesitabas el coche." Yo le contesté: "No, no es verdad." Lo mio fue una elección por la independencia. Alguna gente en mi empresa optó por el camino más cómodo, utilizar el autobús de la empresa y cada vez que tenían un problema tenían que recurrir a un compañero o familiar, o pagar un taxi carísimo para ir a trabajar. ¿Te suena? ¿Has pedido alguna vez ayuda a un compañero para contestar el teléfono porque tú no te atreves a hablar inglés?
Años después, dado que finalmente me atreví a conducir pude trabajar de profesora de inglés para empresas, cuando mi empresa quebró. Sin conducir no hubiera podido hacerlo porque la mayoría de las grandes empresas donde he enseñado están bastante lejos de donde yo vivo. Por tanto, lo que hice con mi decisión de conducir fue crear una oportunidad, que de otra manera no hubiera existido.
No te equivoques. Las oportunidades no siempre te las da la vida. También las crea tú con tu trabajo y fuerza de voluntad. |
*****
Novedades:
Tengo el placer de presentarles a Elisa Blánquez. Una nueva colaboradora de "El blog para aprender inglés". Esto es lo que nos cuenta Elisa: "Me llamo Elisa y vivo en Sevilla. Tengo una minusvalía desde hace 5 años que me impide trabajar fuera de casa (sólo salgo para ir a médicos) y, por lo tanto, tengo mucho tiempo libre. Me gustaría ofrecerme como voluntaria para ayudar con las traducciones. Estudié inglés desde los 7 hasta los 14 años en el Instituto Británico de Sevilla. Viví en Estados Unidos desde los 16 años hasta los 22, posteriormente viví en Limerick (Irlanda) y en Bath y Bournemouth (U.K.). . He trabajado anteriormente como traductora y correctora de pruebas, y estudié tres años de Filología Inglesa, con muy buenas notas, en la Universidad de Sevilla hasta que tuve el accidente. La traducción es algo en lo que se que soy buena, ya que conozco prácticamente todas las expresiones idiomáticas de varios países ,y tengo un amplio vocabulario científico, literario, y empresarial. Cuente conmigo para cualquier ayuda que pueda ofrecer."La cesta viene muy cargada gracias al trabajo del "English team", seis nuevos posts sobre gramática y una historia de superación, que no es poco.
8 comentarios :
Gracias por el tiempo que Ud se toma (y sus colaboradores) para difundir un poco de conocimiento a los demás.
Por cierto, su blog me ha resultado de mucha ayuda. Gracias!
Me ha encantado tu historia de superación. Me ha recordado a cuando era pequeño y era malísimo jugando al fútbol (por lo que siempre era de los últimos cuando hacíamos los equipos de fútbol en los recreos) y decidí tirarme un verano entero practicando con el balón al estilo Benji y Oliver, no me separaba del balón ni en el baño xD. Después de ese verano los compañeros de clase no daban crédito a lo que vieron jajaja.
Saludos
Hola blogueros, soy Rocío, la compañera y amiga de Mónica que aparece en su relato de superación y, Si, puedo aseguraros que SI LO SUPERÓ. Yo no hice nada, sólo acompañarla para que no sufriera (que los sufrió) los aterridos ataques de pánico y al final, gualá, los superó todos y cada uno de ellos ella solita.
Es curioso, pero a mi personalmente me ayudó mucho más Mónica de lo que ella pueda imaginar, ya que la lección de superación que me transmitió me ha servido y me sigue sirviendo de ejemplo cada vez que me propongo algo y me cuesta alcanzarlo, siempre está su recuerdo ahí y el recuerdo de lo que sufrió por conseguir superar una fobia.
Al final ella conduce de maravilla (al igual que al principio y no era ninguna mentirijilla piadosa) y yo conservo una auténtica amistad a pesar la de la distancia que nos separa (yo vivo en Sevilla desde hace 13 años).
Así que os animo a tod@s a utilizar la fuerza de voluntad como mecanismo de conseguir aquello que anhelamos!!!!!!!!
hola, pues a mi me pasa algo parecido, pero al revés, se me dan muy bien los idiomas, soy como una esponja, entiendo la grámatica, no tengo miedo de fallar, y me embelesan los sonidos nuevos.Soy profesora de idiomas, y mi mala experiencia con el carnet de conducir, exactamnete igual que tú, anima y causa un efecto positivisimo sobre la autoeficacia de mis alumnos.
Es el efecto del modelado, yo les enseño que fallar y probar hasta acertar es la clave del aprendizaje. Y en mi , ven reflejado que eso no es un drama, es normal.
Monica , mi problema es con el listening, aunque lo tengo pendiente en la EOI para Septiembre en el nivel A2, mi nivel real es superior, de hecho he trabajado en Suecia y viajado al extranjero y me he apañado bién aunque siempre me doy cuenta de que aunque domino los tiempos y tengo vocabulario, cuando de verdad tengo que hablar es como si se me olvidara mucho de lo que se y acabo usando lo mas simple y sencillo para hacerme entender. Pero el problema es el listening, siempre el listening. Ya tengo 51 años y aunque seguramente en el caso de aprobar no continuaria en el nivel B1 y B2 me hiere no ser capaz de pasar un listening de A2. No paro de escuchar podcast, Vaughan radio-TV o videos de Youtube, pero en el examen cuando ponen esos audios con un portatil conectado a un altavoz enorme con unos bajos fortisimos no doy una. A pesar de la mala calidad de los audios y del equipo que usan para reproducirlos, la verdad es que hay mucha gente que aprueba, por tanto algo más falla, yo. Ya no se que hacer. Me gustaria por lo menos tener ese certificado A2 pero...¿ como mejarar my listening de aquí a un mes y medio aproximadamente???
Pedro Miguel: Aquí tienes la respuesta. Espero que te sirva. Un saludo
Thank you so much Monica, you've been very kind
Me encanta éste blog porque siempre se toman el tiempo de comentar y transmitirnos sus experiencias para que nos ayuden, como una fuente para no rendirnos.
Publicar un comentario